Siete de cada diez chicos sufrieron algún tipo de acoso virtual en las redes sociales

\"Ciberacoso14/07/2013

Así lo establece un informe de una ONG que se dedica a investigar la problemática en el país. Según sus datos, además, en Argentina hay más de 100 mil cuentas de Facebook que pertenecen a pedófilos.

Ella cuenta que tiene 10 años y un perfil en Facebook que abre todos los días de manera puntual. En esa cuenta sube mensajes sugerentes, y cada una de las palabras que escribe están dirigidas a personas mayores. Adultos que le preguntan intimidades y que le hacen propuestas obscenas. Ella dice cómo se llama, responde preguntas de tono erótico y se interesa por aquellos que la contactan con la idea de encontrarse en persona, porque ella en realidad no se llama como dice llamarse ni tiene 10 años, sino que es uno de los tantos adultos que, bajo una identidad falsa, se dedican en nuestro país a navegar por Internet para cazar pedófilos. En Argentina hay 200 voluntarios que se entrenan continuamente y están dispuestos a darle pelea a la pedofilia, una realidad que crece y suma en nuestro suelo casos cada vez más espeluznantes.

No hay cifras oficiales, pero Alerta Vida -una ONG que trabaja para cuidar a los chicos de potenciales pedófilos y recluta voluntarios contra la pedofilia- asegura que en nuestro país hay por lo menos cien mil cuentas de Facebook que pertenecen a pedófilos que buscan menores en la red. Y acaso lo más inquietante: según sus datos, en el país siete de cada diez chicos sufrieron algún tipo de acoso virtual mientras navegaban por las redes sociales.

“En 2012 denunciamos a 2.200 pedófilos de Argentina ante el FBI y sabemos que el 70 por ciento de los menores que tiene cuenta padeció algún tipo de acoso sexual por parte de adultos”. Quien lo dice es María Raquel Holway, titular de Alerta Vida y para quien uno de los aspectos más alarmantes del tema es que “los pedófilos locales tienen perfiles en Facebook con total impunidad, incluso ponen los símbolos que los representan en sus biografías y muchos chicos no lo saben y los agregan como amigos sin entender a los peligros que se exponen”.

Desde la ONG se asegura que son varios los pedófilos que se enorgullecen de serlo y de compartir su material con otros pedófilos de distintas partes del mundo. Su lugar de contacto casi siempre es Internet, se apunta, y es por eso que han desarrollado en los últimos años una personalidad cuidadosa que, se explica, obliga a los voluntarios a desarrollar técnicas innovadoras para poder detectarlos.

El tema tiene aristas que alarman. El 24 de junio pasado, de hecho, los depravados de todo el mundo celebraron lo que denominan el Día del Orgullo Pedófilo. Para ellos, es una fecha especial y, según detalla Holway, se preparan recopilando historias, fotos y videos para compartir en estas redes ilegales. “Cada uno trata de destacarse, por eso ya el mes anterior a la fecha andan desesperados tratando de conseguir contactos con chicos y así tener acceso a material nuevo”.

Ese material son cuentas en alguna red social o blogs en los que publican imágenes de niños en posiciones sensuales o sexuales. En ocasiones, son imágenes de niños que han sido subidas a la red por algún familiar, con la finalidad de compartir un cumpleaños, una fiesta o algo totalmente inocente, y que han sido luego tomadas por algún pedófilo -ellos se autedenominan “boylovers”- y trucadas hasta convertirlas en imágenes que les despiertan sus fantasías.

Delito informatico

Una modalidad que suelen utilizar los pedófilos es la del “child grooming”, que consiste en el acoso a través del chat y en la inducción creciente a que el niño realice acciones frente a la cámara web, que despiertan el placer del acosador, sin que el niño perciba siquiera su verdadero rostro.

“Por eso es fundamental que se sumen los voluntarios a esta cruzada para detenerlos”, se apunta desde Alerta Vida, donde sus expertos aseguran que uno de los mayores problemas es la facilidad que tiene cualquier pedófilo para generar espacios en internet donde encontrarse, intercambiar material o coordinar estrategias de abordaje de chicos, evitando la justicia.

Los buscadores más populares, se apunta, son los más peligrosos. Basta teclear algunas palabras clave como “boylover” (niño amante), “girllover” (niña amante), “babylover” (bebé amante) o “childlover” (chico amante), entre otras, para que los buscadores tradicionales entreguen cientos de páginas como resultados, entre los que se esconden decenas de espacios virtuales dedicados a la pedofilia. “Hicimos denuncias sobre esto, -asegura Holway-, pero en nuestro país los jueces siguen desconociendo el funcionamiento de las redes sociales, las páginas web y las nuevas tecnologías aplicadas a la pedofilia”.

En Argentina rige la ley 26.388 sobre delitos informáticos, que fue sancionada en 2008 pero que, según sostienen los expertos, tiene como principal problema la definición conceptual de lo que es un “delito informático”. Al ser un término tan amplio, a veces ambiguo, no son pocos los especialistas que aseguran que suele resultar difícil enmarcar las infracciones que se cometen en Internet. La ley, de hecho, no contiene figuras propias y específicas como el “pedófilo”, lo que hace mucho más complicada su aplicación.

”Cuando se puede detectar y comprobar el abuso sexual infantil -explican en Alerta Vida-, el pedófilo tiene como pena máxima cuatro años de prisión. Es muy poco. Incluso, actualmente que una persona tenga en su casa material porno infantil, para la justicia argentina no es delito”.

En 2002, el país firmó una Convención Internacional de Internet que deja este tipo de delitos en manos del FBI, es por eso que todas las denuncias que realizan desde la ONG terminan bajo la órbita de esta fuerza de seguridad. “Mientras la tecnología avanza, la legislación se queda en el pasado. Tenemos que empezar a pensar en el futuro que, justamente, son nuestros chicos”, dispara Holway.

Lo que dice la experta es confirmado por distintas organizaciones internacionales que siguen el tema. A pesar de los rastreadores de pedófilos y de las advertencias que se lanzan en todo el mundo, lo cierto es que la pornografía infantil avanza en la Web sin encontrar demasiados obstáculos. Cada vez hay más imágenes obscenas de niños en Internet y en otras plataformas como los teléfonos móviles, y se calcula que unos 750 mil pedófilos están conectados permanente a la Red en todo el mundo.

Este dato figura en un informe presentado hace poco por la ONU, que pidió que los países se doten de leyes para combatir el fenómeno a escala internacional. “Si sólo hay diferentes legislaciones nacionales, los pedófilos pueden burlarlas utilizando niños de otros lugares”, destacó Najat Maalala, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la materia.

El estudio indica que las webs de porno infantil se multiplican a un ritmo alarmante, hasta el punto de que Unicef calcula que actualmente hay más de cuatro millones. Este fenómeno ha dado lugar a una verdadera industria del delito, que cada vez se extiende más debido al acceso generalizado a las nuevas tecnologías. Los datos parciales de que dispone la ONU apuntan a que la producción y distribución de imágenes pornográficas de abusos de niños pueden representar un negocio anual de hasta 20.000 millones de dólares.

Desde la ONU también se alerta del acoso sexual a menores a través de internet –que se manifiesta sobre todo en las redes sociales y foros de discusión–, un problema que aún no abordan las leyes. Maalala comentó el caso de una investigación de la policía británica en la que una agente creó el perfil de una atractiva adolescente en una red social. La supuesta menor fue abordada por una treintena de adultos y recibió 12 invitaciones para encuentros personales.

La relatora insistió en que es necesario “educar y sensibilizar a niños y adolescentes” sobre los riesgos que corren en la web. Asimismo, se mostró contraria, de manera general, a publicar en internet imágenes de menores, con el argumento de que “una foto que aparece en la red ya no le pertenece más [ni a la persona que la colgó ni a la retratada] y puede ser utilizada para montajes”.

La lucha contra las redes de pedofilia es muy difícil, según Maalala, porque requiere de medios tecnológicos importantes, de información actualizada de los servidores que albergan los sitios web de porno infantil y de una especialización de las fuerzas de seguridad en delitos cibernéticos. Además, la relatora planteó la necesidad de que los proveedores del acceso a Internet, los servidores y los bancos de los que se sirven las organizaciones delictivas asuman alguna responsabilidad en la lucha contra el fenómeno.

“Sin la ayuda de corporaciones como Facebook o Google -apunta por su parte Holway-, la lucha contra los pedófilos se torna cada vez más desigual”.

Fuente: El Día

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