Cómo castigar el acoso de menores en Internet

03/10/12

POR RAÚL MARTÍNEZ FAZZALARI ESPECIALISTA EN DERECHO DE LAS TELECOMUNICACIONES

La historia no es nueva: en San Juan una maestra sedujo a un chico de 15 años por medio del chat en la red social más importante del mundo. Los contenidos enviados eran de índole sexual y le posibilitaron concretar un encuentro. Allí fue detenida.

Hechos similares se repiten con preocupante continuidad. Un mayor se pone en contacto por Facebook, chat, sms o Internet con un menor de edad para ganarse su confianza y luego lograr un encuentro con fines sexuales.

El anonimato, el crear y presentarse con una imagen (falsa) que se puede amoldar al interés y gusto de los jóvenes son las razones que se están analizando a la hora de entender qué es lo que hace atractiva esa comunicación. Si a ello le sumamos la facilidad en poder adoptar la identidad de un personaje famoso , la relación se producirá con mayor facilidad. Logrado eso, el camino para obtener fotos o videos de contenidos sexuales es muy simple. Desde allí, el otro paso es el encuentro físico entre ellos. El término con que se conocen estas acciones es“grooming”, ya incorporado en algunas legislaciones.

Chile, por ejemplo, cuenta con un plexo normativo al respecto que pena al que realiza, por cualquier medio, actos de acoso a menores de edad con el objeto de recoger de ellos imágenes o información de carácter personal o de actividades de carácter sexual.

Australia, por su parte, fija penas de hasta 15 años de prisión a quien haga uso de servicios de telecomunicaciones para involucrar, alentar o reclutar a menores de 18 años en actividades sexuales.

Nuestro país no cuenta con estos tipos penales, lo que hace dificultoso cuanto no imposible aplicar penas específicas a estas acciones. Si bien hay proyectos en el Congreso esperando su sanción, otros (por el tiempo transcurrido) han perdido su estado parlamentario.

Es hora de dejar de ser testigos de esta realidad lamentable. Las respuestas que demos a acciones despreciables como éstas, ya sean penales, tecnológicas o educativas nos definirán como sociedad.

Fuente: Clarín

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