Antes de revelar un sofisticado y certero ataque contra sus servidores, acabar con la censura en su buscador en China y amenazar con finalizar su negocio en aquel país, Google emprendió una minuciosa investigación entre sus empleados chinos, por la sospecha de que algunos de ellos podrían haber facilitado información clasificada a los espías que penetraron en sus servidores y entraron en cuentas de correos de activistas y defensores de los derechos humanos, según revelaron ayer fuentes de una empresa de Internet que ha tomado parte en la investigación.

Google fue la primera firma en anunciar que unos espías chinos habían robado su información corporativa, junto con la de una treintena de compañías más. Esta semana, Estados Unidos enviará una nota diplomática de protesta a Pekín, y ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo que dará más información al respecto el jueves.

El ataque, que aprovechó un fallo en el software Internet Explorer, de Microsoft, afectó también a subcontratas del Pentágono, y los expertos en seguridad cibernética lo consideran el caso más grave de espionaje industrial y estratégico en la Red. Ayer, los gobiernos de Francia y Alemania recomendaron, a través de distintas agencias, que sus ciudadanos no usen Explorer, algo que podría acabar beneficiando al navegador de Google, Chrome.

Google, que tiene unos 800 empleados en China, limitó el acceso de muchos de sus asalariados a diversas redes internas en el proceso de la investigación posterior a los ataques. Los medios chinos dijeron la semana pasada que algunos trabajadores habían sido recolocados en otras oficinas internacionales de la empresa.

«Es normal que la empresa investigue también a sus empleados. Podría ser que algunos hubieran ayudado a los hackers señalando a aquellos empleados de Google que tienen acceso a los servidores más valiosos, para que fueran ellos quienes recibieran los troyanos», explica Seth Berman, especialista en seguridad informática que en el pasado sirvió como asistente del fiscal del Estado en Massachusetts y que ahora trabaja para la agencia de investigaciones Stroz Friedberg. «Pero el ataque se podría haber consumado también sin ayuda de nadie de la empresa. Los hackers sólo hubieran necesitado mucho más tiempo y buenos conocimientos técnicos».

La lista de afectados por los ataques de hackers creció ayer, cuando la asociación Club de Corresponsales Extranjeros en China reveló que hackers chinos habían penetrado en, al menos, dos cuentas de periodistas extranjeros. Uno de ellos es un corresponsal en Pekín de la división televisiva de la agencia Associated Press. La semana pasada descubrió que, en la configuración de su correo Gmail, alguien había activado el reenvío de todos los mensajes entrantes a una dirección desconocida.

Fuente: ElPais.com

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Google/investiga/plantilla/espionaje/elpepisoc/20100119elpepisoc_12/Tes
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