El abogado y especialista en delitos informáticos Miguel Sumer Elías recomendó más cautela
Los datos personales se convirtieron en la mercancia más valorada por internet
Domingo 4 de agosto de 2013
En la web hay una continua recolección de información por parte de empresas sobre gustos, necesidades, deseos, todo puede comercializarse y termina influyendo en nuestras vidas.
Posadas.
Internet o la red de redes, está confirmando al mundo por estos días los mayores peligros que se pudieran dar con su uso. La herramienta de comunicación y conocimiento es también el medio para espiar los más íntimos pensamientos de los usuarios. Y con cada vez más usuarios conectados, el acceder a los gustos, conocimientos y datos de millones de personas se está convirtiendo en la mercancía cada vez más valiosa para personas, empresas y gobiernos.
El deseo potenciado por conocer lo privado también desvela a delincuentes informáticos que tratan de acceder a datos valiosos para sus crímenes o lograr directamente las claves bancarias de sus víctimas. El acceso a los secretos puede darse a través de una computadora o a través de los teléfonos celulares de las víctimas. Hay una recolección de datos continua que se ignora y se ignoran más los entrecruzamientos de datos que generan más redes, que pueden volverse una trampa muy peligrosa para usuarios desprevenidos.
“Las personas no se dan cuenta de que están exponiendo toda su vida a través de internet, y las consecuencias pueden ser muy graves. Debería haber una política de educación para advertir de estos peligros”, comentó Miguel Sumer Elías, abogado especialista en derecho informático.
Para el profesional, estamos entrando en una nueva cultura, donde la exposición de nuestros datos personales puede influir cada vez más en nuestras relaciones. Por ello recuerda la cautela y prevención en las exposiciones.
Ante los continuos casos de espionaje y robo de datos, la seguridad informática se muestra como un sector en constante demanda. Como tendencia, desde la firma Eset se recomendó a los usuarios hogareños trabajar con sistemas de protección de programas maliciosos que recolectan datos y habituarse a diversificar más las claves de correos y cuentas de usuario de páginas. (Página 8)
Entre los delitos más frecuentes con datos personales, se apuntó a los relacionados con movimiento de cuentas bancarias o tarjetas de crédito. En tal sentido, un perjudicado del robo de su identidad contó a El Territorio su caso.
Ante hechos consumados de delitos informáticos, desde el Ministerio de Justicia de la Nación se explicó las posibilidades de defensa de los usuarios y lo que contempla la Ley de protección de datos personales. También las limitaciones de la Justicia para aplicar la Ley.
A nivel mundial se reconoce en tanto que hay un gran grado de exposición de los usuarios y se están tomando nuevas medias para frenar el espionaje. Mientras tanto, el caso del espía Snowden lo convirtió en una de las figuras más mundialmente reconocida (Página 10 y 11).
Datos ordenados=$
La velocidad de la información y la carga continua de datos personales puede volverse una descarga en extremo perjudicial para muchas vidas. El poder de la información puede usarse de variadas formas y con más datos expuestos, alcanza a más situaciones que años atrás eran consideradas absolutamente “íntimas”. Sobre el gran cambio y exposición de las personas y los delitos que aparecen más frecuentemente, El Territorio dialogó con Miguel Sumer Elías, abogado especialista en derecho informático y director de la web www.informaticalegal.com.
¿Cómo observa esta tendencia de que la gente queda más expuesta con sus datos personales a través de internet y de los nuevos peligros que esto les puede significar?
Hoy vivimos en la era de la no privacidad. Los que tenemos más de treinta años, cuando eramos chicos sabíamos quienes tenían nuestros datos porque nuestros datos estaban en el lugar físico donde los habíamos dejado. Cuando eramos chicos, nuestros datos estaban en el fichero del colegio, en el fichero de la biblioteca, cuando consultamos un registro, sabíamos quienes tenían nuestros datos. Hoy nadie puede saber quién tiene nuestros datos, porque perdimos total control sobre quién puede acceder a ellos o usarlos. Nadie tiene la certeza del uso que se les da a los datos personales.
Esto se superpone a esta sociedad del conocimiento, donde todo se rige por las tecnologías de la información y donde todo el tiempo estamos metiendo datos en lugares en los cuales no sabemos que van a hacer con ellos. Y también no sólo se van generando bases de datos nuevas, sino que esas bases de datos se entrecruzan y generan nuevas bases de datos con un nivel de precisión en los reportes que dan miedo.
No se quedan sólo con los gastos que hago en el supermercado, sino que se cruzan con mis deudas en el sistema financiero, también con mis datos universitarios, y se logran perfiles de personas inimaginables. Y lo peor de todo es que la gente no tiene idea de a quién les da los datos y qué van a hacer esas personas o empresas.
¿Se observa que “valen” más los datos personales?
Hay una gran mentira que existe en el mercado, de que las redes sociales y los correos son gratuitos, y es una gran mentira. Gmail no es gratis, hotmail no es gratis, Facebook no es gratis, Twitter no es gratis porque de qué forma les pagamos a ellos, el dinero no es la única moneda de cambio que existe, nosotros les pagamos a estas empresas con nuestros datos, ellos lucran con nuestros datos, porque venden nuestros datos a otras empresas que a su vez quieren vendernos a nosotros.
Por ejemplo a través de facebook, cuanto más datos se ponga más fácil les será al sistema vender nuestros datos a empresas que quieren invertir en facebook información de los usuarios.
Por ejemplo si yo quiero vender yerba súper especial a un determinado sector económico de Posadas, pero que tengan un nivel económico medio alto, entre 35 y 55 años y que sean hincha de Boca. Facebook me va a dar el acceso a todos sus usuarios que cumplan con esos requerimientos. No me dará los nombres y apellidos, pero va a permitir que mi publicidad llegue a esos usuarios. Es una cuestión comercial.
Por este constante uso ¿Se cotiza más la información personalizada de los usuarios?
La valoración del mercado de datos es algo impresionante, no hay manera de medir su magnitud, hay que tener en cuenta la vieja frase de “la información es poder”. Y este poder se usa más ahora. Cuanta más información tengas y más clasificada esté, más poder va a tener una empresa o un gobierno. Hoy por hoy vivimos en un mundo donde hay superabundancia informativa. Estamos rodeados de información, y lo difícil es clasificar la útil y la que está de sobra. Las buenas bases de datos bien segmentadas valen muchísimo dinero, con esa base de datos uno puede hacer venta directa, espionaje directo, lo que sea.
Una persona cuando llega de sus vacaciones a su casa puede encontrarse con un montón de panfletos que le dejaron por debajo de la puerta. Lo que generalmente hace la gente es tirarlos, pero qué pasaría si yo tuviese los datos de un edificio donde hay 100 familias, si supiera qué le gusta a cada familia, si tuviera acceso a lo que gastan esas personas en supermercados. Ocurriría que en vez de imprimir 10 mil volantes al azar, se imprimirían sólo 6 para las personas que sé que me van a comprar.
Todas las empresas de marketing trabajan con base de datos, en Argentina hay una Ley, que es la 25.326, de protección de datos personales, se la conoce como Ley de Habeas Data. Esa Ley de alguna forma obliga a las empresas que trabajan con datos a tener un correcto procedimiento para acceder a ellos y pedirle autorización a las personas para que estén en esa base de datos. Además le da a los argentinos muchos derechos y esto la gente no lo sabe. Casi nadie sabe que tiene derecho a ir por ejemplo a las empresas que emiten las tarjetas de crédito (Visa o Mastercard), o a los supermercados y requerirles qué datos personales tienen y a quienes se los dan, de dónde los obtuvieron y por este pedido las empresas tienen diez días hábiles para responder. Eso está por Ley, y si no lo cumplen se les puede hacer una demanda. La Ley de Habeas Data es una ley del año 2000, quedó un poquito vieja, pero lo peor de todo es que la gente no conoce sus derechos y las empresas no conocen sus obligaciones con esa Ley.
Y el agravante está en que el órgano de control que es la Dirección Nacional de Datos Personales no tiene los recursos de personal ni la capacidad técnica para hacer cumplir la ley. Entonces estamos ante una utopía por la protección de nuestros datos personales.
¿Hay más delitos informáticos y más personas están pidiendo protección?
A mí me piden asistencia por delitos tradicionales que se dan por medios informáticos, por ejemplo por personas que mandan correos electrónicos amenazando de muerte. O en facebook se extorsionan o insultan, son delitos históricos por otros medios.
Ahora un tipo de delitos exclusivo a través de internet, es el daño intencional a la imagen de las personas o de las empresas. Es cuando se produce “el despecho online”, por ejemplo una pareja que terminaba por alguna infidelidad de alguna parte antes se peleaban, se tiraban cosas, a lo sumo se llamaban por teléfono y se insultaban más. Hoy la reacción es distinta, toda esa bronca se vuelca hacia internet y no sólo eso sino que se mezcla a todos los demás.
Antes era impensado que nos animáramos a sacarnos fotos desnudos, porque daba mucha vergüenza que alguien más pudiera ver las fotos al revelar. El rollo de fotos revelarlo era caro, y no teníamos una cámara todo el día con nosotros. Ni hablar de una cámara filmadora que era carísima, entonces se da otra situación fenomenal, que toda la vida privada está siendo registrada por nosotros mismos. Estamos dejando huellas de todo lo que hacemos, las parejas se sacan fotos de la vida íntima y después esa gente se termina peleando. Y cuando tenés material íntimo de alguien con quién te peleaste es una tentación muy grande para un despechado usarla. Y así se suben videos eróticos, imágenes de borracheras, que te destruyen la reputación.
Hoy vale más la frase “Uno es lo que Google dice que sos”.
Allá por 2009, cuando me consultaron acerca de la reputación en Internet fui categórico al afirmar que hoy \»uno es lo que Google dice que uno es\». Hoy la persona que sale a buscar un trabajo con un currículum intachable, con un promedio sobresaliente, pero si el empleador “googlea” y encuentra fotos de esa persona desnudo o borracho, insultando en twitter, entonces pueden no contratarlo. Hoy la reputación es un partido que se juega en internet, y hay gente que con mucha mala intención que sube contenido falso o verdadero. Por eso es muy importante, que se les diga a los chicos las responsabilidades que tienen.
La generación de los mayores de 30 es la que vivió su vida o su adolescencia sin dejar pruebas porque no había nada que lo registre. Hoy hay toda una generación que está dejando pruebas constantes de todas las cosas que se dicen sin pensar. Vivimos en la \»era de le evidencia total\». Antes también se decían esas cosas pero no quedaban registradas, esta generación actual va a tener muchas dificultades para tener un trabajo el día de mañana. Es un tema muy grave que los padres no lo están pudiendo ver.
¿Por este registro permanente, se están viendo más delitos digitales?
Sí y estamos al comienzo de esto, cada vez va a ser peor, por eso es muy importante el tema de la educación y no dejar de hacer políticas públicas contra el acoso en linea, contra el cyber bulling.
Lo peor de todo es que los papas, estamos en una situación medio complicada porque nadie nos enseño a nosotros como enfrentar este problema, ni el Gobierno, ni los medios de comunicación, ni nuestros padres. Somos una generación que si bien fue la última del mundo analógico es la primera que tiene que educar a la generación que viene. Es muy importante que la generación de adultos se eduque en el uso seguro y responsable de las tecnologías de la información. Sobre seguridad informática, sobre privacidad de internet, estafas informáticas, no digo que sean expertos, sino que sepan el ABC de lo que es la seguridad informática.
No hay políticas públicas de educación en este áspecto, cómo en su momento se habló de la educación sexual, debe haber educación básica sobre la seguridad de los datos, debe haber políticas públicas para esto. Y ni hablar por todo lo que está pasando por los medios con el caso del espía informático estadounidense (Eduard Snowden) , que lo que se hizo es blanquear una situación, que hay un espionaje gubernamental de todo lo que vemos en internet. Siempre se supo, sólo que ahora se blanqueó.
Fuente: Territorio Digital