04/10/2013
Los «groomers» se empapan de toda la información posible sobre su víctima: estudia su perfil, sus contactos, sus fotografías, y lo siguen en redes sociales.
Los depredadores, también conocidos como los «groomers», son los adultos que acosan a menores a través de Internet con intenciones sexuales.
Un nuevo estudio del Centro de Explotación Infantil y Protección Online (CEOP, en sus siglas en inglés) del Reino Unido, una organización asociada a la Policía británica y dedicada a proteger a los menores del abuso sexual, ha realizado doce investigaciones durante los dos últimos años en las que 424 niños, 184 de ellos en Reino Unido (más del 40%), han sido objeto de chantajes por parte de redes de pederastia.
La mayor intervención, llamada Operación K, reveló que 322 niños eran chantajeados en todo el mundo, 96 de ellos en Gran Bretaña.
Las víctimas, en general, chicos entre 11 y 15 años, sucumbieron ante una banda de personas no europeas que afrontarán un juicio en las próximas semanas.
El CEOP hace hincapié en cómo los niños británicos se han convertido en el blanco de los depredadores sexuales, ya que en cinco de las doce líneas de investigación abiertas los delincuentes estaban en Reino Unido.
¿Las causas? El uso de un idioma universal como el inglés, que facilita la comunicación, y porque la sociedad británica es muy abierta y liberal.
Según informó el diario español ABC, las argucias, tretas y artimañas de un adulto para ganarse la confianza de un adolescente son muy variadas.
Antes de empezar a tejer su red, el «groomer» se empapa de toda la información posible sobre su víctima: estudia su perfil, sus contactos, sus fotografías, sigue sus comentarios y opiniones en las redes sociales.
Después, el 90% de ellos comienza a levantar una obra de ingeniería social. Pasa a tener los primeros contactos con su víctima, en los que se muestra simpático y amable.
Luego sigue obteniendo información de la forma más natural, como por ejemplo, si tiene mascota, cómo se llama la abuela, que coche tiene el padre.
Cualquiera de las respuestas puede ser la clave para conseguir la contraseña. Y trata de ganarse la confianza del chico con tretas de lo más variado. Por ejemplo, ofreciéndole dinero para recargar el teléfono móvil.
Cuando tienen suficiente información, comienza el chantaje. Primero, los depredadores consiguen que los niños hagan algún baile ante la webcam; después que enseñen el sostén del busto, por ejemplo. Más tarde que se quiten alguna prenda de ropa.
A partir de aquí la víctima está perdida, ya la puede chantajer y amenazar con enseñárselo a sus padres.
«El ‘groomer’ la tiene tan controlada que llega a lograr que se masturbe o mantenga relaciones con otro menor grabándolo en una cámara», explicó Juanma Romero, fundador y director de Adicciones digitales.
El acoso de un «groomer» puede llevar al suicidio del chico. A veces algunos padres, si se enteran, intentan arreglarlo suprimiento y borrando todo e incluso dando dinero al «groomer».
Existen niveles de «groomers» y pueden emplear estrategias diferentes. Uno de los ataques es hacerse pasar por la víctima en las redes sociales. Una vez que consiguen la contraseña, se meten en el perfil y, al cuarto mensaje, amenazan a la chica con mensajes del tipo: «Voy a hacer que seas la más puta del instituto».
Otros activan de forma remota la webcam o utilizan virus o suplantan a personajes famosos.
¿Quiénes son los «groomers»? Hay padres de familia con hijos y un trabajo normal, gente inteligente con estudios. El 90% son hombres, pero no faltan las mujeres.
Fuente: iProfesional