Mientras que el Estado mira para otro lado, cada vez es más fácil acceder a información personal. Debido al poco control y conocimiento sobre su protección, la información es extraída de empresas e Internet.
En la Argentina es muy fácil acceder a datos personales debido al gran tráfico ilegal que circula en las redes de Internet, ya que en este país no se persigue, a pesar de que existe una Ley de Habeas Data.
Tal es el caso de Taringa, una página web que explica en dos largas notas un paso a paso de cómo conseguir teléfonos, mails, números de documentos, cuil y hasta averiguar cuáles son los vecinos y compañeros de trabajo de una persona. Con solo seguir esas instrucciones, se puede acceder fácilmente a un completo perfil de un argentino.
Toda esa información es extraída de archivos de empresas o de la misma red de Internet. Según Gustavo Tanús, abogado especialista en protección de datos personales, es imposible saber cuantas bases de datos hay: “Para la ley, las son todo registro informatizado sobre una persona. Hay mínimo una base de datos por empresa, sin importar su tamaño”.
Aunque varias compañías están anotadas en la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (ver aparte), los archivos ilegales han ido creciendo ya que es uno de los mayores mercados negros del mundo.
Uno de los daños que puede sufrir una persona es el robo de identidad. En tal caso, que está penado con prisión, el estafador extrae el número bancario de la persona y le vacía su cuenta.
Según Miguel Sumer Elías, abogado especialista en informática y docente de la Universidad de Belgrano, frecuentemente la información es concedida voluntariamente por el usuario en alguna página web y de redes sociales, como Facebook (ver aparte) o en un cyber.
Además, explica: “Las bases de datos digitalizadas son muy fáciles de entrecruzar y así se puede obtener un gran archivo de todos los lugares donde uno está registrado. También hay seguimientos de tráfico, que saben a dónde entraste en Internet, cuánto tiempo navegaste y qué miraste. Esto queda guardado. Uno va dejando rastros en los sitios web en los que frecuenta.”
Esto lleva a que cada cibernauta tenga lo que se denomina una “identidad digital”, que puede ser ensuciada si cierta información vergonzosa es expuesta o si alguien adultera datos personales. Por eso hay que tener en cuenta ciertos recaudos a la hora de chatear y entrar a una página.
Ignacio Torres, analista de sistemas que desarrolla programas operativos para empresas, recomienda desconfiar un poco y no poner información como estado civil, domicilio y número de documento.
Todos los registros considerados ilegales son aquellos que no están anotados en dicha Dirección Nacional de Protección de Datos Personales y que no cumplen con requisitos básicos, como tener registros religiosos, políticos, sexuales o de salud, que está expresamente prohibido.
El acceso a datos personales es muy fácil ya que los cibernautas no tienen consciencia sobre lo que puede pasar luego de que se exponen archivos privados, sobretodo en de la red.
La Ley de Habeas Data, sancionada en el 2000, dice que los ciudadanos tienen derecho a saber cómo y para qué van a ser utilizados los datos personales que entregan a las empresas; además, pueden elegir qué información dar y cuál omitir, ya que nada puede ser guardado sin consentimiento previo.
Miguel Sumer Elías explica: “A esta generación de adolescentes pareciera que les importa poco y nada su privacidad. No tienen noción de su magnitud ya que están en una edad difícil en la cual no escuchan a los mayores. La educación debe venir desde los padres con el fin de acompañarlos pero sin prohibirles el acceso a las nuevas tecnologías”.
Frecuentemente, este mercado ilegal se ve facilitado por la venta de bases de datos personales de empresas importantes. Según un estudio realizado a finales del 2008 por la firma de seguridad de TI Cyber-Ark Software Ink, el 28 % de los trabajadores de empresas financieras de Londres, Ámsterdam y Nueva York admitió haber descargado archivos de este tipo porque estaban preocupados por los despidos.
“La primera causa de filtración de información se da por los empleados desleales. Por esto es tan importante contar con normas de seguridad, como lo impone la Ley de Protección de Datos Personales, pero en nuestro país es una práctica que casi no se realiza porque acarrea grandes costos para las empresas”, explica Elías.
FACEBOOK Y EL JUEGO DE LO PERSONAL
La red social Facebook rompió con todos los esquemas e hizo que los usuarios de Internet salieran del anonimato para presentarse con nombre y apellido, lo cual dio lugar a que fluyeran miles de datos personales.
Esta empresa fue creada hace ya cinco años por un estudiante de la Universidad de Harvard, Mark Zuckeberg, en la que por día ingresan 70 millones de personas para dar información sobre sí mismos: números de teléfono, preferencias personales e idas y vueltas amorosas, entre otros.
Según el abogado especialista en informática, Dr. Miguel Sumer Elías, el crecimiento casi inmediato de la red se debió a que se trata de un grupo de pertenencia principalmente para los adolescentes donde parecería que todos deben estar.
“Cuando históricamente las personas no ponían ni su propio nombre y apellido en la configuración de sus correos electrónicos, aparecieron las redes sociales que rompieron con todos los esquemas conocidos ya que ahora la gente dice la verdad por Facebook, se sincera, expresa sus preocupaciones reales y sus estados de ánimo verdaderos”, explica el experto.
Es una exposición peligrosa que los hace vulnerables pues pueden convertirse en víctimas de robos de identidad, robos de información, secuestros cibernéticos, estafas, y hasta robos en sus propiedades o extorsiones.
Gustavo Tanús, abogado especialista en protección de datos, hace hincapié en que una vez que el cibernauta sube información a la red social, aunque la borre, la empresa tiene el derecho de quedarse con todos los datos allí expuestos. Esto hace que sea considerada una de las corporaciones con la mayor base de datos del mundo.
A pesar que los usuarios no tienen un control total sobre sus datos, Miguel Sumer Elías explica que, dentro de todo, Facebook nos brinda posibilidades de utilizar opciones de privacidad que limiten el acceso a nuestros datos personales como por ejemplo cerrar el perfil público o incluso eliminarse de los buscadores.
NEGOCIO ILEGAL QUE IGNORA EL ESTADO
La Dirección Nacional de Protección de Datos Personales (DNPDP) si bien tiene como objetivo proteger y controlar los datos personales y así combatir el tráfico de información, no cumple con su deber como corresponde.
El DNPDP, que aplicó sólo cuatro sanciones desde su creación hace 9 años, depende del Ministerio de Justicia y posee sólo 17.000 empresas registradas. Además, posee una infraestructura muy pobre y pocos empleados ya que el presupuesto anual es muy bajo.
Su Director, el abogado Juan Antonio Travieso, está en ese cargo desde los comienzos de la Dirección y según tres fuentes consultadas dentro del organismo, no ha efectuado todavía ningún tipo de investigación o estadística sobre las bases de datos existentes en el país.
Debido a que no se imponen multas a las empresas en falta, existen grandes marcas, como La Serenísima, Telecentro y Movistar, entre muchas otras, que todavía no se encuentran registradas. Esta es una acción ilícita ya que para que sus archivos personales sean considerados como legales, deben figurar en el Registro de la DNPDP.
El abogado especialista en protección de datos, Gustavo Tanús, refiriéndose al tema, mencionó: “Si una empresa crea una base de datos debe registrarla e informar dónde los guardará, para qué y qué hará con ella. Eso no sucede por negligencia del organismo.”
La Argentina fue nombrada en el 2003 por Europa como un país confiable por su protección de datos personales.
Por Julieta Cravero y Juan Pablo Zunino, estudiantes de periodismo de TEA