datos23/09/2013

Por: Mucio Israel Hernández Guerrero Comisionado Ciudadano del INFODF

Hay una paradoja entre el derecho de acceso a la información y el derecho a la Protección de Datos Personales. En los países donde se ha desarrollado una legislación sobre transparencia, existe apenas una incipiente protección de datos, y donde el derecho a proteger a la persona a través de los datos que la hacen identificable tiene un avance considerable, el derecho al acceso a la información se encuentra en ciernes.

Sin duda la influencia de las tecnologías de la información y el conocimiento obligan a proteger los datos personales, garantizando un derecho fundamental de las personas.

Ante esta disparidad de legislaciones y avances en la defensa del derecho a la Protección de Datos, las diferentes regiones del mundo tienen agendas que reflejan el momento histórico y la realidad en la que están inmersas.

Ante lo disímil que se encuentran las legislaciones de los países integrantes de la Unión Europea, se ha venido trabajando en una metalegislación, cuya figura podría ser un convenio, para proteger los datos y homologar su garantía. Dos son los aspectos a resaltar. El primero es el fortalecimiento del Derecho de Oposición, es decir la posibilidad de la persona de solicitar y litigar que cualquier dato personal en posesión de autoridades o particulares, deje de utilizarse o se reconduzca a los fines con el que fue recabado, lo cual pasa también por fortalecer los mecanismos y dispositivos de consentimiento.

El segundo aspecto es el proyecto de eliminar cualquier excepción en la protección de los datos personales; particularmente las de seguridad pública y administración y procuración de justicia. Se está intentando eliminar cualquier excepción para que la autoridad no pueda recabar datos sin el consentimiento expreso de la persona. La actual legislación permite recabar datos por cuestiones de seguridad sin dicho consentimiento y es frecuente en aquellos casos donde existe interés periodístico, donde la esfera personal e íntima de las personas quedan expuestas.

En Asia la preocupación está centrada en garantizar la protección de las personas ante los altísimos niveles de comercio electrónico. Aquella región del mundo tiene los índices más altos de comercio electrónico y de transacciones económicas por este medio. Hablamos de que el comercio y el intercambio de bienes ha experimentado una transición vertiginosa de los átomos a los bits.

La preocupación en Asia es garantizar que no se transgreda el derecho de las personas a la protección de sus datos en las transacciones de los grandes volúmenes de información que define las transacciones comerciales.

En América Latina, particularmente en países como Chile, Uruguay y Argentina, el derecho a la protección de Datos Personales se encuentra muy desarrollado. Este desarrollo se puede interpretar a la luz de los regímenes dictatoriales, donde a las personas en aquellas latitudes no les gusta estar en ninguna base de datos.

Uno de los avances en estos países, y sin duda ha influido al continente, es la protección de los datos sensibles relacionados con la salud. Los expedientes clínicos, el genoma y el uso de medicamentos son los datos más protegidos, aún más cuando las reconversiones estructurales de los servicios de salud tienden a la privatización, la alternativa es protegerlos como parte fundamental de las personas.

Por supuesto que hay matices en los países tanto de América como de Asia o África, en Guatemala, por ejemplo, la video vigilancia se ha convertido en un mecanismo de protección ciudadana cuyo uso intensivo afecta la esfera privada de las personas.

En México la cultura de la protección de los Datos Personales aún es incipiente, prácticamente regalamos nuestros datos personales y nos exponemos a la intromisión de nuestra esfera más íntima o, en casos extremos, a la suplantación de personalidad.

Con la recién aprobada reforma al 6º Constitucional y la creación de Leyes en materia de Archivos, Acceso a la información y Datos Personales, tendremos elementos para fortalecer nuestro derecho a la protección y fortalecer los derechos de acceso, oposición y cancelación de datos personales en posesión tanto del sector público como el privado.

El Derecho a la Protección de Datos Personales, sin duda alguna, será el derecho del siglo XXI y en eso como en muchos otros ámbitos, la ciudad estará en primera línea.

Fuente: El Universal Blogs

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