31/08/2013
El ciberacoso sexual infantil puede ser prevenido sin tener que tirar la computadora a la basura: los expertos aseguran que se puede los adultos pueden tomar precauciones a partir de su atención y seguimiento. Recomendaciones para padres y niños.
Pesadilla de cualquier padre, el groomimg o ciberacoso sexual infantil puede ser prevenido sin tener que prohibir el uso de la computadora a los chicos. Es que las nuevas tecnologías se han convertido para los niños en plataformas naturales de juego y de aprendizaje; y no hacer uso de ellas resulta hoy inimaginable. Es necesario entonces agudizar la mirada y estar atentos a algunas luces de alerta. ¿Qué recomiendan los expertos para detectar y combatir a tiempo esta práctica que mientras tanto se hace camino hacia el Código Penal?.
Natalia Zlachevsky de Chicos.net sostuvo que “por sí mismas las TICs no implican riesgos, pero usarlas sin conciencia, sin pautas de autocuidado sí”. En la misma línea, Ricardo Saénz de Argentina Cibersegura, expresó que el riesgo que el niño puede encontrar detrás del monitor no es otro que el que puede encontrar en una plaza, un cine o en cualquier otro lado. “Abusadores y pedófilos se esconden bajo el anonimato que brinda la web y aprovechan las posibilidades de la red para contactar y engañar a sus víctimas”, señaló Sáenz.
“La mayoría de estas prácticas existían antes de Internet pero con el surgimiento de las TICs adquirieron características especiales”, aportó Zlachevsky.
Tales características tienen que ver no sólo con el anonimato en las acciones, que propicia a un mismo tiempo la deshinibición del atacante –que se hace más agresivo– y la víctima –que queda en una situación aún más expuesta y vulnerable–; sino también con el acceso a una audiencia amplia y la posibilidad de trabajar en distintos frentes a la vez.
Para los dos especialistas es necesario acompañar los cambios a nivel normativo con la difusión y la educación; sobre todo de los adultos para que “no se retiren de su autoridad parental cuando se sientan en desventaja en relación al uso que sus hijos hacen de las TICs”.
La comunicación es clave y la mayor parte del trabajo la tienen que hacer los adultos: “Generar confianza, fijar límites, interesarse por lo que hacen los chicos, preguntarles qué hacen, quiénes son sus amigos”. Y sobre todo, hacerles comprender que no tienen que pasar por una situación de abuso solos y que tampoco es culpa de ellos.
Según un estudio del Instituto Nacional de Tecnología de la Comunicación de España, centrado en los perfiles psicológicos de los acosadores y acosados, los niños pueden sentirse responsables –por acción u omisión– del grooming y modificar sus patrones de comportamiento por la vergüenza que eso les produce o bien por temor al castigo. Sin embargo, los investigadores advierten: “El cuerpo termina hablando”.
Justamente a partir de “lo que dice el cuerpo” es que el estudio concluye con una serie de alertas –señales referidas a los hábitos y costumbres de la víctima– que pueden servir a los padres para detectar una situación de grooming o ciberbullying.
“Nos encontramos con estados emocionales negativos, tales como ansiedad, baja autoestima, depresión, indefensión, apariencia triste, mal humor y/o ideas suicidas. La víctima expresa disgusto, miedo, soledad, frustración, estrés, irritabilidad, somatizaciones, trastornos del sueño y/o altos niveles de estrés permanente. Al mismo tiempo, evita la escuela y presenta dificultades en concentrarse, experimenta una disminución en su rendimiento académico, pérdida de interés por las actividades sociales y tendencia al distanciamiento y al aislamiento”, sostiene el estudio.
Para los más pequeños, la recomendación es básica y reedita el viejo mandato de “no hablar con extraños”. «No aceptar solicitudes de amistad en las redes sociales de parte de personas que no se conozcan personalmente. Y fundamentalmente, confiar y acudir a los padres», advierten.
Fuente: Rosario 3