Por Leo González Pérez | Clarín | San Diego. Enviado Especial – 18/06/12
Es un fenómeno mundial que ya asoma en el país. La nueva generación de empleados rechaza la PC de la empresa. Y borra el límite entre el deber y el ocio. Esto provoca tensiones con los empleadores.
Quienes crecieron con Internet como parte de su entorno empiezan a tener una fuerte incidencia en los ámbitos laborales. Y con ellos –nativos digitales– llegan cambios a las oficinas. Jóvenes profesionales y empleados que nacieron en la era de las nuevas tecnologías tienen un fuerte vínculo con sus dispositivos portátiles, y son cada vez más los que pretenden usar para trabajar los mismos equipos móviles con los que se entretienen, se informan y se comunican con familiares y amigos. Son parte de una generación poco dispuesta a aceptar sin cuestionar las políticas establecidas en las empresas y suelen plantarse con preguntas como: “¿Por qué tengo que trabajar con esta máquina de escritorio de la compañía si mi notebook es mejor?”.
Las empresas entonces se ven en la disyuntiva de rechazar el planteo y generar una tensión o aceptarlo y enfrentar los desafíos que la tendencia genera, entre ellos, el de garantizar la seguridad de los datos y el de adaptar sus sistemas para que sean accesibles desde diferentes equipos y sistemas operativos.
A la vez, la nueva tendencia tiende a eliminar la frontera entre la computadora (o el celular) del trabajo y los equipos de uso particular, lo que acarrea cambios en las rutinas de los empleados.
La tendencia ya adoptó su sigla identificatoria, BYOD (del inglés Traer tu propio dispositivo) y fue uno de los temas más discutidos en el Cisco Live 2012, un megaevento que atrajo a esta ciudad a más de 17.000 personas para escuchar y discutir sobre Internet y las tecnologías digitales de los próximos años.
Materia de estudio de la sociología del trabajo en el futuro inmediato, al unificar en los mismos aparatos vida privada y trabajo, el BYOD contribuye a borrar aún más la diferencia entre tiempos de trabajo y tiempos de ocio: ya no sólo se puede responder e-mails laborales en cualquier momento y desde cualquier lugar; ahora es posible hacer todo el trabajo en cualquier momento y lugar. Lo que pone en crisis la idea de “lugar de trabajo”, que ya no está determinada por un espacio físico.
Carlos Domínguez, alto ejecutivo de Cisco a nivel mundial, le explicó a Clarín que la tendencia se disparó cuando, hace pocos años, cambió el ciclo de la innovación en los dispositivos digitales. “Antes, lo más sofisticado salía de las universidades, pasaba a las grandes corporaciones y mucho después llegaba a los consumidores; ahora lo más innovador llega primero a los usuarios domésticos”, explicó Domínguez. Por eso, para los nativos digitales deja de tener sentido tener dispositivos separados para uso particular y laboral.
Guido Jouret, ejecutivo de Cisco dedicado a detectar nuevas tendencias, le explicó a este diario que muchas empresas ya permiten que sus empleados opten con qué dispositivo quieren trabajar y pagan por el smartphone y/o la tableta que cada uno de ellos elija. Esto, por un lado, deja contentos a los empleados y a la vez baja los costos de las compañías, ya que cada empleado cuida y mantiene sus equipos.
David Huckabay, responsable de sistemas a nivel global de Live Nation Entertainment, el gigante global de la producción de conciertos, presentó el caso de su empresa en el Cisco Live 2012. Dijo que ninguna presentación acerca de la tecnología de una empresa podría hoy obviar el BYOD. El debe encargarse de que 7.000 personas en 18 países trabajen desde cualquier equipo.
Carolina Tulián, consultora asociada en CM Sociología de Empresa, afirmó ante Clarín que si bien no detecta aún el BYOD como tendencia en las empresas más tradicionales argentinas, entiende que sí puede darse en las más vinculadas a la tecnología, y que seguramente llegará a las demás en el mediano plazo. Por su parte, Martín Sandoval, director de la consultora de recursos humanos MScoach Sandoval, señala que estos planteos de parte de los empleados “generan un choque cultural y abren un espacio de negociación que llegará a buen puerto sólo si empresas y empleados tienen cierta flexibilidad”.
Fuente: Clarin