Por Axel Marazzi | Para LA NACION
Varios sitios permiten hacer público un proyecto propio y recaudar fondos de múltiples inversores para hacerlo realidad; los casos argentinos.
Hace años, llevar a cabo un gran proyecto requería encontrar inversionistas, salir a vender una idea y depender de los dueños del capital. Si ellos decían que no, todo se desplomaba.
Esto empezó a cambiar y hoy suena, cada vez más, lo que llaman crowdfunding o financiamiento colectivo. ¿De qué se trata? Muy simple: uno presenta su proyecto a través de un sitio y los usuarios que están interesados pueden aportar la cantidad de dinero que quieran y contribuir a que la idea se vuelva realidad. Si tienen la posibilidad, o están muy comprometidos, pueden poner un monto importante; pero cualquier aporte sirve. Si el proyecto no llega a término el dinero se recupera.
Marillion y después
El financiamiento colectivo comenzó a hacerse popular en 1997. Ese año la banda británica Marillion logró que sus fanáticos donaran dinero para que ellos pudieran realizar una gira. Pero la verdadera explosión del crowdfunding llegó en el 2009 con el nacimiento de Kickstarter , que se trata del sitio más famoso del mundo de financiamiento colectivo; allí, cualquiera puede presentar su proyecto, cotizarlo, y esperar la reacción (y el dinero) de los usuarios.
El crecimiento de Kickstarter fue espectacular: en 2010 tenía 3910 proyectos y recaudó US$ 27.639.318. En el 2011 llegó a casi 12 mil ideas y lo recaudado ascendió a los cerca de US$ 100 millones. En lo que va del 2012 ya se enviaron más de 20 mil proyectos de éxito y se recaudaron más de US$175 millones. Y esto recién empieza.
Si bien hay varias ideas que ya lograron juntar el dinero necesario y presentaron el producto final, algunos además lograron hacerse famosos. Amanda Palmer es una artista estadounidense que tenía un contrato con el sello discográfico Roadrunner Records, pero su intención era lanzar sus producciones de manera independiente. Si bien la muchacha es relativamente famosa, no tenía el dinero necesario para pagar el estudio, el marketing, la producción y la posproducción del disco. Se le ocurrió publicarlo en Kickstarter. Pidió 100.000 dólares, pero el éxito fue tal que a principios de mes logró juntar un millón de dólares .
En la Argentina
Como no podía ser de otra manera, también hay versiones nacionales que cada vez crecen más. Las dos más importantes son Ideame y Tu Mecenas. El por qué de su nacimiento es lógico, y lo explica Guido Tenenbaum, titular de Tu Mecenas: «Los argentinos somos muy emprendedores y a todos nos pasó el escuchar ideas buenísimas de amigos que muchas veces no pueden concretarlas por no tener los fondos suficientes». La intención detrás de estas páginas es «ayudar a que muchos de esos proyectos entusiasmen a gente con ganas de participar en la creación de algo original».
La idea argentina más exitosa fue, sin lugar a dudas, la que presentó Alfredo Casero a través de Ideame. Hace meses anunció que haría una película, que llevará el nombre de Cha3DMubi y que estará financiada por sus seguidores. «Cha Cha Cha le pertenece a la gente», le dijo Casero a LA NACION . ¿Qué mejor que permitir que esa misma gente sea la encargada del financiamiento? El proyecto de Casero logró recaudar incluso más de lo que habían pedido: de $ 98.560 que necesitaban juntaron $ 118.406.
«En Tu Mecenas creemos que un buen proyecto puede contagiar el entusiasmo de sus creadores», asegura Tenenbaum. Y eso es lo que pasó con las chicas de Cosa Bonita . Luz Fernández Iglesias y Paula Petrelli tuvieron la idea de fabricar objetos sofisticados de diseño artesanales y tejidos para el hogar y, para eso, necesitaban recaudar $ 12.000. No solo lo lograron, sino que además superaron la recaudación. Hoy esos productos de Cosa Bonita son una realidad.
«Una de las cosas más interesantes en comparación a los métodos convencionales es que es todo muy rápido. Pedir un crédito o un subsidio para negocios que recién empiezan toma demasiado tiempo y muchas veces no se llega a obtener. Esta es una vía mucho más veloz», asegura Fernández Iglesias. Por otra parte, también hizo alusión a la respuesta de la gente ya que, al mismo tiempo que se juntan los fondos para el producto, también se promociona.
Otros sitios que ofrecen plataformas similares son Quirky , Banana Cash , Verkami o IndieGoGo .
Así, gracias a Internet los sueños que antes quedaban dentro de uno por la falta de dinero hoy se pueden cumplir gracias a la ayuda de personas que aportan de su propio bolsillo lo necesario para concretar proyectos aprovechando el financiamiento colectivo.
Fuente: La Nación