El Wi-phishing, sustracción de datos personales a través de falsas redes públicas de acceso Wi-Fi, se convierte en una especial amenaza en verano, al conectarnos más desde hoteles y establecimientos públicos.
Las redes inalámbricas públicas, que nos encontramos en hoteles, aeropuertos, cafeterías, restaurantes e incluso aparcamientos nos permiten estar conectados mientras viajamos en verano, pero también trae consigo más riesgo de ser víctimas de un ataque de Wi-phishing, de acuerdo a un informe publicado por Norton.
Las redes WiFi públicas son redes inalámbricas establecidas para ofrecer acceso compartido a Internet a múltiples usuarios, por lo que cualquier persona con un dispositivo inalámbrico dentro del alcance del punto de acceso del dispositivo puede conectarse a la red y utilizar Internet. Los propietarios de los establecimientos facilitan así el uso de Internet a sus clientes, pero para minimizar los requisitos de acceso y para evitar problemas de compatibilidad entre dispositivos y sistemas operativos, suelen inhabilitar gran parte de las funciones de seguridad en sus dispositivos y, por ello, los mensajes de texto privados, confidenciales y personales se transmiten sin protección ni codificación alguna a través de la Web.
Esto permite a los hackers capturar las contraseñas y los números de las tarjetas de crédito e incluso las comunicaciones que pudieran estar cifradas, mediante lo que se conoce como Wi-phishing. Frente al tradicional phishing, con el Wi-phishing los ciberdelincuentes pueden acceder a través de las redes inalámbricas a nuestra información confidencial gracias a la creación de un punto de acceso inalámbrico falso al que nos podemos conectar sin saber quien es el propietario real de la red, ya que suelen ser nombres muy parecidos al del hotel o restaurante donde se encuentra la víctima. Al intentar acceder a la red ficticia, se nos solicita un número de tarjeta de crédito y cierta información personal para poder conectarnos a Internet.
En cuanto a los teléfonos móviles, los virus elaborados para este tipo de sistemas operativos, especialmente para smartphones o agendas electrónicas, ya se están utilizando aunque todavía no sean muy habituales. Las actividades de phishing mediante mensajes de texto ya representan un gran problema. Pero Norton alerta de que el mayor peligro para nuestra información alojada en los dispositivos móviles no es más que la pérdida física o el robo, dos fenómenos muy habituales en fechas veraniegas, como las que están a punto de llegar.
Autor: Alberto Iglesias
Fuente: IDG.es