Información sensible como la edad, direcciones de correo electrónico y domicilio particular, teléfonos y nombres de parientes más cercanos son compartidos a desconocidos por 1 de cada 3 adolescentes en la Argentina. Conozca las recomendaciones a tener en cuenta en su familia.
Por Cesar Dergarabedian
“Les hemos ahorrado a los ladrones la búsqueda de información sobre sus víctimas” porque éstas comparten datos sensibles sobre ellas mismas en Internet. La afirmación pertenece a un alto ejecutivo de Microsoft en la Argentina y se basa en una encuesta reciente que realizó el gigante tecnológico cofundado por Bill Gates en el país.
El sondeo confirma que muchos usuarios dejan «servidos en bandeja» registros privados que facilitan a los delincuentes y a los pedófilos su labor previa a cometer un delito. Por ejemplo, 1 de cada 3 menores de 17 años comparte datos personales en forma voluntaria a desconocidos a través de la red.
Por «datos personales» se entiende:
- Edad
- Colegio
- Casilla de correo electrónico
- Domicilio particular
- Teléfonos
- Nombres de los parientes más cercanos
Pero además de estos datos, hay otro tipo de información que el usuario comparte en la web, como por ejemplo, sus fechas de salida y regreso de las vacaciones o escapadas de fin de semana. Basta con hacer la prueba escribiendo en Twitter la palabra “vacaciones”, o haciéndolo en Google con la refinación de búsqueda que brinda la herramienta “tiempo real”.
En este contexto, el pronóstico no es alentador: “Los problemas de seguridad en Internet van a ir en aumento porque hay cada vez más personas conectadas a la red a través de equipos cada más sencillos para entrar a Internet”, advirtió Jorge Cella, director de Calidad de Servicio y de la Iniciativa de Seguridad para Microsoft Argentina y Uruguay.
Este ejecutivo concentra en sus manos temas sensibles para la corporación informática, como por ejemplo, el robo de cuentas de usuario del servicio de correo electrónico Hotmail o de la mensajería instantánea Windows Live Messenger (el popular “MSN”).
En la Argentina, Microsoft tiene 14.400 millones de suscriptores a Hotmail, 8 millones de visitantes únicos mensuales a su portal MSN y 12,5 millones de usuarios del Messenger, que tienen un promedio de 150 contactos, y que emiten unos 432 millones de mensajes diarios.
Cella habló en la presentación de la 5ª edición de la semana de la seguridad informática, una iniciativa que la filial local del gigante del software lleva adelante con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Sociedad Argentina de Pediatría y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el racismo (Inadi).
“El objetivo no es cortar la libertad a nadie, sino en generar conciencia”, aclaró el ejecutivo. Para ello, se realizan charlas en colegios con empleados voluntarios de Microsoft, a través de las cuales ya se llagó en los últimos tres años a 8 mil niños y adolescentes. Además, se realizan encuentros con funcionarios y legisladores para tratar cuestiones como la privacidad online.
La privacidad del usuario en Internet se basa en tres pilares, según Cella:
- el desarrollo del software,
- las políticas de los proveedores de servicios en la red
- y los hábitos de los usuarios.
En el primer caso, la responsabilidad de los fabricantes del software que se usa para navegar por la web es fundamental, para corregir errores de programación por los cuales puedan entrar los ladrones informáticos.
En el segundo caso, los proveedores incluyen a las redes sociales, con sus políticas de privacidad y moderación de grupos y comentarios y, en especial, con sus medidas para resguardar la privacidad de los usuarios.
“Se puede tener todo bien en los dos primeros pilares, pero si no hay conciencia por el lado del usuario, todo se cae”, advirtió Cella. Y los datos de la encuesta realizada por Microsoft así lo avalan.
A través de un cuestionario online realizado a 500 personas (59% mujeres, 41% hombres) en los últimos 15 días a través del portal MSN, se analizó el grado de conocimiento que tienen los padres sobre las actividades de niños y adolescentes en la web, los riesgos a los que están expuestos y el manejo de su información personal y privacidad en línea.
También se incluyeron consultas sobre el acoso y la discriminación, con apoyo del Inadi.
Las conclusiones muestran que la labor de los delincuentes, tanto los “reales” como los “informáticos”, se ve facilitada cuando el 37% de los menores de 17 años comparte datos personales con desconocidos. Y la cifra asciende al 44% entre los que tienen entre 18 y 21 años.
“Dar información falsa a desconocidos no es una buena práctica”, advirtió Cella, en referencia a una costumbre frecuente entre adolescentes (30% de los encuestados expresó que lo hizo), porque un delincuente o un pedófilo sabe cómo llegar a esos datos sensibles por otros medios para luego acordar un encuentro real, cara a cara, con la víctima.
Al respecto, el estudio reveló que el 42% de los encuestados conoció personalmente a un contacto que inicialmente fue sólo virtual. Aunque ese número baja a un 35% en el caso de los menores de 18 años.
“Cuando un usuario encontró que alguien duplicó su perfil en una red social o utilizó su correo electrónico, la reacción fue crear otro perfil. Estos datos nos muestran que es clave el trabajo de concientización e integración entre la escuela, la familia, la industria y las instituciones comprometidas con este tema”, sostuvo Cella.
Otro dato preocupante es que sólo el 19% de los encuestados expresó que había especificado los amigos que pueden ver sus contenidos personales en las redes sociales.
“Yo no tengo nada que ocultar” es una excusa “inocente” esgrimida con mucha frecuencia tanto por menores como por adultos, cuando se los consulta relativa a por qué comparten información íntima con desconocidos.
Amenazas y discriminación
Internet, y en especial las redes sociales como Facebook, son vehículos para amenazas, intimidaciones y discriminaciones, según surge de la encuesta.
El 16% de los consultados reconoció que recibió amenazas a través de las redes, y el 15% se sintió discriminado. En tanto, el 54% de los que fueron intimidados no lo denunciaron, y sólo el 21% de los discriminados difundió lo que le pasó.
Paula Carri, coordinadora de Plataforma por una Internet Libre de Discriminación, del Inadi, señaló al respecto que en los tres últimos meses se bajaron 280 contenidos discriminatorios personales de la red a partir de denuncias que recibió el organismo gubernamental, luego de negociaciones personales, telefónicas o electrónicas del Instituto con los proveedores de servicios online o de redes sociales.
Carri explicó que se reciben nueve denuncias diarias por discriminación en Internet, de las cuales el 60% son “pertinentes”. La mayoría de ellas son por xenofobia, seguidas por motivos sexuales y por la condición social. El escenario de estos casos son redes sociales, blogs y foros.
El proceso es el siguient: en el Inadi toman la denuncia, chequean si el contenido está en línea, consultan con los asesores legales y luego comienzan los contactos y las negociaciones con los propietarios de la plataforma web para que el contenido sea “bajado”.
Recomendaciones
En los sitios http://navegaprotegido.org y http://www.internet.inadi.gob.ar hay consejos y recomendaciones que pueden tomar en cuenta familias, usuarios finales de la red e incluso comerciantes, empresarios y profesionales.
En esas páginas se enfatiza la necesidad de enseñar a niños y adolescentes que no deben compartir nunca información personal en línea, ni sobre ellos mismas ni sobre su familia, sin el permiso de los padres. Y este imperativo es aún más fuerte cuando se trata de personas a las que no se conoce personalmente o en quienes no se confía en el mundo real.
Los padres deben asegurarse de saber con quiénes interactúan sus hijos vía correo electrónico, mensajería instantánea, blogs y redes sociales. Existen programas para ello, provistos por empresas de seguridad informática.
Se recomienda además escoger un alias que no revele nada personal y que no sea sugestivo. Por ejemplo, “fanmusical” en vez de “juan13” o “sexysusie”.
La información personal se refiere no sólo a datos personales -tales como el nombre de un hijo, edad, número telefónico o dirección- sino también a fotografías y sentimientos.
Los pedófilos buscan vulnerabilidad -tristeza, soledad o enojo- y a veces pueden usar lo que parece información sin conexión para ubicar a un niño y aprovecharse de él.
Fuente: iProfesional